Hasta la aparición de los derivados de crédito, las vías de gestión de crédito estaban limitadas, pero en el contexto actual se abordan con el nuevo marco internacional, en el que los niveles crecientes de endeudamiento y la globalización de las economías han amenazado al inversor final. Estos retos obligan a la adopción de medidas extraordinarias en la medición y cobertura de los riesgos de crédito, para lo que herramientas como los derivados de crédito, son imprescindibles. Se abordan estos «derivados de última generación» desde un punto de vista financiero, matemático y legal.